Tan poca vida

Hace meses que leí este libro y no me había sentido preparada aún para escribir la reseña. Tal vez nunca lo esté, pero he decidido que ya había llegado el momento de hablaros de esta novela increíble.

A lo largo de más de mil páginas, que se devoran, seguimos la vida de cuatro amigos durante más de tres décadas. Cuatro amigos, aunque la historia se centra sobre todo en Jude St Francis. Jude es una persona infeliz, retraída, insegura. Sabemos que ha vivido experiencias muy duras y que le cuesta confiar en los demás, pero ante todo es incapaz de creer que alguien sea capaz de amarle. Poco a poco, vamos descubriendo su pasado, y es una experiencia de la que no saldremos indemnes.

Este libro es un viaje emocional que nos remueve por dentro. Jamás un libro me había hecho sentir tanto. Se sufre muchísimo (nunca olvidaré ese momento que me partió el corazón, y que si lo habéis leído sabéis a qué me refiero), pero a la vez es una historia muy bonita de amor, en todas sus formas, y de amistad.

El estilo de la autora es impecable y, a pesar de estar leyendo una novela tan extensa, el ritmo es ágil y la narración te envuelve hasta encontrarte tan sumida en la historia que te olvidas de las más de mil páginas.

Desde luego no es un libro para leer en cualquier circunstancia, porque puede dejarnos muy tocados. Aún así, yo no lo leí en mi mejor momento y creo que me habría afectado igual de haberlo leído en otra ocasión, pero sí que es verdad que si estáis pasando una depresión muy severa, este no es vuestro libro. Fuera de casos concretos como este, es una lectura que sí recomiendo pero siempre sabiendo lo que nos vamos a encontrar: ¡aquí hemos venido a sufrir!
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