Tan poca vida

Creo que a estas alturas de mi vida puedo decir, sin parecer pretenciosa, que tengo un poco de bagaje lector, y sin embargo, jamás me he encontrado con una novela como esta, una lectura que contenga tanto dolor, eso es Tan poca vida. Y me pregunto, ¿cómo reseñar un libro que te ha marcado tan profundamente? ¿cómo convencer a los que me leáis de que tenéis que adentraros en esta novela, a la vez que os digo que os causará un gran dolor el proceso? Y ¿cómo hacerlo además, sin desvelar nada, intentando que lleguéis a ciegas, que la novela os pegue la misma bofetada que me pegó a mí a pesar de esperármela?

La historia de un grupo de amigos de clase alta, en el Nueva York actual, a lo largo de más de cuarenta décadas, contiene todo lo que la vida misma puede conllevar. La dulce y no tan dulce infancia y sus traumas arrastrados, la adolescencia con su explosión de vida, la madurez, la vida y la muerte. Pero sobre todo, el amor, y no sólo el romántico, si no que carga su peso sobre todo en el amor familiar y la amistad. Tocando temas periféricos pero actuales, como las relaciones homosexuales, el racismo o la salud mental, Tan poca vida se va de cabeza a mi podio de este año y de mi vida, una novela excepcional que se lee y sufre con el corazón, dura, pero aun así llena de destellos de esperanza.

Los personajes son maravillosos, de aquellos que pasan a formar parte de nuestra vida y de los que cuesta desprenderse. Sus más de mil páginas se hacen ligeras, gracias a una escritura sencilla y ágil, las hojas vuelan queriendo saber más de Jude, Malcon, JB y Willem, y de toda un elenco de secundarios igual de excepcionales. Este es el punto fuerte de esta novela, sin duda, sus personajes.

Una historia que todavía me duele, y de hecho ese ha sido el único "pero" que he podido ponerle, que es tan dolorosa que quizá cae en la artificialidad, o puede que yo quiera cerrar los ojos a que no es posible tanto daño y tanto sufrimiento y que por ello se me haya hecho, en partes, irreal. Quizá a veces juzgamos los libros, y por extrapolación, la vida, solo en base a la nuestra propia, sin saber que en aquel que camina a nuestro lado quizá también haya Tan poca vida.