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"¿Cuántas veces al año tienes la sensación de no poder parar de leer un libro? ¿Cuántas veces sientes que esa lectura podría cambiarte la vida?" ~ The Bookseller. Esta reseña que aparece al final de la sinopsis del libro no podría resumir mejor lo que me ha hecho sentir esta historia. Para empezar, diré que el libro llegó a mí de manera inesperada (aunque había escuchado hablar mucho de él). Lo veía en mi estantería y me dividía constantemente entre leerlo y no hacerlo porque sabía que me iba a romper, pero, pese a ello, me arriesgué. Me atrevo a decir que sí, este libro te cambia la vida y, si no lo hace, al menos sí que te obliga a reflexionar sobre la misma. Es el libro más duro y difícil que he leído en mi vida. En él el dolor es extremo (y descrito de manera tan cruda que te rompe por dentro), pero también lo es el amor que se desprende a lo largo de la historia. Tiene unos personajes muy bien desarrollados, tanto, que por momentos se personifican. Conforme he ido avanzando en la lectura me han dado ganas de tener a Jude delante para poder abrazarlo; y a Willem, para agradecerle todo lo que hace por él desde el principio. Sin duda, son personajes que se me han quedado dentro y que no olvidaré jamás. He ido avanzando en la lectura y, mientras iba descubriendo la oscura y difícil vida de nuestro querido Jude, también he ido reflexionando sobre la mía, y dándome cuenta de lo afortunada que soy con todo lo que tengo. Así que sí, sin duda un libro puede cambiarte la vida y a mí este me la ha cambiado. Jamás un libro me ha marcado tanto, me ha obsesionado tanto, me ha hecho sentir tanto, por eso me atrevo a catalogarlo como mi libro favorito, dudo mucho que pueda superarlo algún día. |
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