Decidí leer esta novela corta de Bea Wyc para un reto literario, pero ha sido una elección de lo más desafortunada porque, aunque la autora no lo indica en la sinopsis, resulta difícil entender Un marido para Mary en Navidad sin haber leído previamente algunas de sus historias, al menos, sus series sobre Los hombres oscuros del East End y Los caballeros de la Regencia. ¿Cuesta tanto añadir un pequeño inciso en el resumen indicando esta circunstancia para advertir a los nuevos lectores en el resumen, o explicar un poco quién es quién para que no nos perdamos? La trama no es complicada: un grupo de amigos acude a la residencia de campo de los duques de Cleveland para asistir al bautizo de su hija y, allí, la dama de compañía de la duquesa y el guardaespaldas de esta viven su propia historia de amor. Hasta ahora, no había leído a la puertorriqueña Bea Wyc y, por desgracia, dudo muchísimo que lo haga en el futuro porque no me ha convencido su forma de escribir. Reconozco que la lectura habría sido más agradable de no toparme de bruces con tantos personajes en esta secuela —para no perderme, he tenido que buscar el argumento de sus demás publicaciones y tomar notas sobre los protagonistas de las dos series que os comentaba antes—, pero su modo de narrar, lamentablemente, no me ha gustado. Por un lado, para alguien como yo que no tiene ni idea de que Mary y Jack se atraen desde hace tiempo, resulta increíble que se lancen, de semejante manera, nada más empezar el libro y, por otro lado, me han parecido casi surrealistas determinadas afirmaciones, como que la gente se refugie con frecuencia en las cuevas —¿¡en serio, en Inglaterra!?— o que una dama sea una auténtica maestra repostera cuando las nobles de la época se dedicaban a pintar o bordar y a penas pisaban las cocinas. Lo siento, una cosa es tomarse alguna licencia literaria, pero lo de Un marido para Mary en Navidad me ha parecido excesivo en grado sumo. + Leer más |