Flush

Flush es un perro, es el nombre que tiene el perro que le regalaron a Elizabeth Barret y la novela se centra exclusivamente en él, un spaniel de pura raza, relatándonos de manera completa, toda su vida y de paso, también nos acerca a la vida de su ama pero compañera ante todo, Elizabet Barret, con gran sentido del humor, ironía y juego.

¿Es un libro de Virginia Woolf? Pues sí, lo es.

Y lo importante es que es un juego literario que Virginia Woolf nos regala, basándose en documentos reales, cartas y poemas de Elizabeth Barret aunque además se añade parte de ficción ya que nos muestra la realidad a través y exclusivamente, de los ojos, el olfato y el oído de Flush .
Por tanto, es un libro en el que la escritora, da la voz y los pensamientos a un extraordinario protagonista, a Flush, un perro, un cachorro de cocker spaniel de pelo dorado, que es regalado a la poeta Elizabeth Barrett, por la que la autora sentía gran admiración, que permanecerá mucho tiempo en su habitación, debido a una lesión en la columna que le impedía moverse como quería.

El perro se convertirá en su compañero inseparable, estableciéndose entre ellos una relación de verdadero afecto y complicidad.

Así descubrirá también el amor por los libros y por supuesto por las personas que conoce, aunque no todo es siempre gratificante ya que también le pasarán algunos cosas que más vale olvidar, como un secuestro por el que piden un rescate.

Sin embargo, será sobre todo el amor entre el ser humano y la mascota, entre el perro y su amiga, lo que permanecerá siempre intacto. Y quienes tenemos o hemos tenido perros lo sabemos bien.

Podemos considerar esta novela como un homenaje que la gran Virginia Woolf ofrece al perro de su estimada y admirada poeta Elizabeth Barrett Browning.

Esta es la base de la que parte Virginia Woolf con la intención de convertir esta narración en mostrarnos el mundo a través de la mente de un perro e incluso, desde su altura, por lo tanto, un mundo dominado por los olores y los deseos de la especie canina.

Parece que Virginia Woolf escribió esta obra después de “Las olas” en el año 1933, cuando leyendo las cartas de los Browning , pensó que Flush se merecía una biografía y así lo hizo. Fue el año de la toma nazi del poder.

Es nada más y nada menos que la biografía de Flush, sus puntos de vista, sus sensaciones, sus alegrías, sus temores.

Y de este modo nos acerca y nos relata también la biografía y la vida de los Browning, al recrearla, de forma divertida, a través de los ojos de su perro ,siempre a través Flush, reflejándonos a la perfección, la vida de la época victoriana que descubrimos junto a las correrías y andanzas de Flush.

Comienza con la descripción del origen genético y también geográfico del perro y nos va relatando un sinfín de situaciones cotidianas así como la relación que establece con los humanos.

Relaciones con unos resultados muy sorprendentes, a veces encantadores y otras con muestras de protesta, dirigidas sobre todo, a Robert Browning, originadas por los celos, cuando descubre que su querida ama empieza la relación con el que más adelante se convertirá en su marido.

Sin embargo, un tiempo después, será un gran cómplice en sus amores además de ser totalmente feliz en Italia, donde se establecerán una vez ya casados.

La novela también nos da las suficientes pinceladas para que veamos las grandes diferencias entre la sociedad inglesa, siempre sobria y austera y la sociedad italiana, soleada y alegre.

En Italia será donde Flush conocerá su plena libertad, vivirá sus aventuras amorosas, correrá por las viñas y por la ciudad. Conocerá y estará siempre al lado del bebé que tienen los Browning, conoceremos su propia vejez y siempre permanecerá unido a la familia, hasta sus últimos momentos.

Todo lo que nos relata Virginia Woolf es, sobre todo, una maravillosa unión entre el perro, el querido Flush y su admirada Elizabeth Browning , y el amor intenso que se ha generado entre un ser humano y su mascota, que en realidad llegan a ser, definitivamente, verdaderos amigos.

Nos hallamos ante un perro muy humanizado, reflexivo, que entiende, que atiende, que aprende, que sabe, que descubre, que ama, que vive feliz, y reconocemos en este amable libro la gran maestría que la autora nos regala, a través de un animal tan emblemático para los ingleses, como es un perro.

Espléndida Virginia Woolf en un libro, donde dedica grandes, afectuosas y bonitas palabras a la vida de un perro.

Un estilo cuidado, propio de la autora, aunque un tema menos lírico, evidentemente, en el que también encontramos la ironía a lo largo de la obra.

Y aunque no es lo mejor de Virginia Woolf , si encontramos el ingenio y la originalidad que la caracteriza.