El càrtel impone sus reglas y están van mutando para adaptarse a las circustancias. Si la operación cóndor acabó con la producción de heroínas en México, el negocio sigue con el producto colombiano mientras el cartel se hace más fuerte e impone su ley, tienen el poder del perro para ello. La recién creada DEA trata de erradicar el narcotrafico, la CIA se esfuerza en su guerra contra el comunismo, la policía mexicana tiene su propia agenda y cada uno juega a su juego. El autor caracteriza muy bien a los personajes sin por ello dejar de lado la trama que avanza a un ritmo frenético. El desenlace de cada parte más que enderezar la trama la complica aún más, creando un universo social en torno al narcotrafico y a sus múltiples vínculos con otras esferas de poder. |