El retrato de Dorian Gray

La primera escena que encontramos en esta obra literaria es la del personaje Basil dando retoques a una pintura de un joven mientras mantiene una conversación con Lord Henry, a quien le platica sobre su más reciente amistad: Dorian Gray.

En este momento, se le describe como un joven de peculiar belleza. Más adelante, Dorian Gray es presentado ante Lord Henry y se le muestra su retrato finalizado. La pintura produce tal efecto ante Gray que éste, desea poder conservar su belleza durante toda la eternidad. Dicho deseo se les concedido.
Como hemos de apreciar, la obra abarca diversos temas como: la inmortalidad, la influencia de algunas personas sobre otras, la estética, entre otros.

Lo curioso de todo este asunto es que a través del gusto de Wilde por la estética y demostrar que el escribir era un arte, el autor logra crear una historia con ambientaciones propias de su época, descripciones detalladas de sus personajes dotándolos de personalidad.

Y no solamente nos describe la belleza exterior sino que la contrasta con la belleza interior con una prosa que va guiando a los personajes a su corrupción para que el lector pueda sacar la moraleja de esta historia.
A su vez, Oscar Wilde logra tocar temas filosóficos (como el hedonismo) sin llegar a ser tedioso; lo hace de una forma muy amena como si estuviera conversando casualmente con un amigo. Detalle que hace de la obra todavía más disfrutable pues la reflexiones del autor no son tan complejas y son fáciles de entender.