Las chicas ocultas

Si bien nos encontramos ante una premisa de lo más atrayente, al final esta historia no resultó ser lo que esperaba, nos vemos enfrente de una trama muy interesante a través de los ojos de Ruth, donde sentiremos la intriga, el misterio, el miedo y la atmósfera asfixiante junto con nuestra protagonista, si bien la lectura resulta entretenida, se nota que pierde fuerza a medida que avanza, siendo su final y sus conclusiones lo que no me terminaron de convencer, ya que encontré que dejaba muchos cabos sueltos que me gustaría que hubieran tenido más desarrollo en su explicación.

Las chicas ocultas - Rebecca Whitney

Un libro que aunque (a mi criterio empieza un poco lento) poco a poco te engancha. Si te gustan las novelas de intriga en las que nada parece ser real y todo es posible te gustara.
A mi, en lo personal me ha recordado un poco a Los renglones torcidos de Dios, tanto en la manera de enrevesar las cosas como en esa necesidad que te crea de creer en la protagonista porque al ser un personaje tan real, tan cotidiano y tan vulnerable no quieres creer que esté loca y de hecho una parte de mi cerebro se negó a creerlo.

Sin destripar la historia dale una oportunidad y no creo que te decepcione.

Ruth no imaginó nunca que dar a luz a su primera hija fuera a ponerla en una situación tan compleja. Se recupera de una psicosis posparto que la recluye en casa, de donde solo puede salir bajo supervisión de su marido Giles a una persona de confianza aprobada por el equipo médico.

"La duda le mordisquea los tobillos, su omnipresencia es una realidad de la que nunca va a lograr huir".
Rebecca Whitney, Las chicas ocultas

Las semanas posteriores al parto, Ruth ha sufrido alucinaciones y ha escuchado voces que la han llevado a estar convencida de que había alguien oculto tras las paredes de su casa. Ha vivido episodios en los que ha estado completamente fuera de si misma y la han incapacitado parcialmente para hacerse cargo de su bebé. La medicación y las constantes visitas a los terapeutas no parecen ayudarla demasiado y la confianza de su marido se ha esfumado al mismo tiempo que la relación entre ellos se ha resquebrajado.

Sus constantes llamadas a la policía por causas que más tarde suelen quedar reducidas a meras invenciones involuntarias la convierten en alguien en quien no se puede confiar. Ni tan siquiera ella misma está convencida de poder fiarse de lo que oye o ve. Es por eso que cuando en mitad de la noche cree escuchar un grito e incluso ver cómo algo sospechoso ocurre cerca de su casa en la gasolinera del barrio, nadie la cree.

Pero ¿y si no solo ella hubiera escuchado ese grito? Puede que alguien más lo haya oído y que por algún motivo que se le escapa no se atreve a hablar. ¿Alguien corre peligro en el barrio? Ruth está tan convencida de que ha oído algo, como de que sus sentidos le están jugando malas pasadas debido a su psicosis en tratamiento.

"Todas esas chicas, Ruth, son inventadas, pero la única de la que realmente se supone que debes cuidar es para ti la menos real de todas".
Rebecca Whitney, Las chicas ocultas

Las chicas ocultas habla de la soledad de una mujer que se encuentra perdida y confusa, pero sobre todo desacreditada. Ruth no pensó que tardaría tanto en reincorporarse al trabajo, que se alejaría de esa forma de sus amistades y que su marido iba a empezar a tratarla de ese modo cuando llegara el bebé. Conoceremos muy poco de lo que fue Ruth antes de dar a luz y lo iremos adivinando por los fogonazos que la autora dispara aquí y allá de vez en cuando. Lo realmente importante es en quién se ha convertido ahora y si logrará convencerse a si misma y a los demás de que sus sospechas están justificadas.

Un thriller cargado de misterio, con una protagonista en quien no confía ni ella misma, que llega a confundir al lector, a arrastrarle con ella en una espiral de confusión en la que sospechará de cada hecho, sin tener la certeza de que las cosas estén ocurriendo tal y como se las cuenta Ruth. Una novela imprescindible para los fans del thriller y el suspense en el ámbito doméstico.
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He acabado este libro con la sensación de que me falta información. La autora ha querido ser tan intrigante durante toda la narración que, creo, se ha dejado detalles importantes por aclararnos. Obviamente no voy a ponerme aquí a desentrañar uno a uno porque sería destriparos el libro, pero no sé, la sensación una vez que he pasado la última página y he cerrado el libro ha sido algo así como, ¿ya está? ¿Esto es todo lo que nos vas a contar sobre el asunto?.

La historia en sí no es mala de hecho, tiene tintes de realidad tan grandes que podría estar pasando ahora mismo en cualquier parte del mundo. Está narrada en tercera persona y así y todo en ocasiones consigues sentir el agobio, la angustia, el miedo y hasta el frío que siente nuestra protagonista, pero con todo y con eso se me ha quedado corta.

He visto venir desde el principio todo lo que iba a ocurrir, incluso antes de abrir el libro. Leyendo la sinopsis únicamente te imaginas por dónde van los tiros y oye, no me equivoqué, así que os aconsejo que si finalmente os decidís a leerlo lo hagáis sin ni siquiera mirar la sinopsis.

A ratos se me ha hecho un pelín lento, no aburrido, pero sí que necesitaba que pasase algo porque hay páginas y páginas del día a día de la protagonista donde se repiten ciertas pautas cotidianas que no aportan demasiado a la trama.

El desenlace, ya os digo, es muy precipitado. En una página se descubre la clave que, repito, se ve venir desde el principio y en la siguiente página prácticamente tenemos el final. Un final que, a mí al menos, me ha decepcionado por todo lo que os cuento. Una pena.