La solterona

Edith Wharton es una de mis autoras favoritas y con esta novela ha vuelto a conquistarme. Me encanta que sea una autora capaz de crear una historia perfectamente desarrollada en pocas páginas, con personajes psicológicamente profundos y muy interesantes. La sensación al terminar no es la de haber leído una novela corta sino una trama a la que no le falta nada.

Con este libro la autora hace un perfecto retrato de la alta sociedad neoyorquina a mediados del siglo XIX. Ambiente en el que ella misma creció, donde las convenciones sociales y la hipocresía dirigían sus vidas y en especial coartaban la libertad de las mujeres. Y como es habitual en ella, utiliza sus novelas para hacer una descarnada crítica social.

En ella encontramos a dos protagonistas femeninas. Delia está casada con un importante miembro de la respetable familia Ralston y su prima Charlotte también se va a casar con uno de ellos. A pocos días del esperado enlace, Charlotte le confía a Delia un secreto que cambiará sus vidas para siempre, uniéndolas fatalmente.

Dos mujeres que deciden apoyarse mutuamente, pero que los años irán sacando a la luz los sentimientos que esconden. El rencor y la envidia residen en el fondo de sus corazones, hasta que los reproches empiezan a aflorar. Una relación compleja, llena de sororidad en un principio, pero que acabará siendo muy tóxica y dependiente.

A partir de una trama que es mejor no desvelar, la autora nos habla del rol de la mujer, la posición social, los prejuicios y la maternidad. Cómo las mujeres se las ingeniaban para solventar los acontecimientos que debían ocultar. Vidas llenas de injusticia, sufrimiento y renuncia, donde el silencio y la sumisión marcaban su devenir. Ser solterona era también sinónimo de secundona. La sociedad apartaba a las mujeres que no estaban casadas, las despreciaba y ninguneaba. Y a la maternidad fuera del matrimonio la seguía la vergüenza y el tormento de tener que ocultarlo. Mujeres desconsoladas con sus corazones oprimidos vivían resignadas para evitar enfrentarse a una sociedad que juzgaba, que las presionaba y las obligaba a guardar en su interior un eterno dilema moral.

Una obra llena de giros inesperados que no dan tregua, creando una constante tensión, con unos diálogos ingeniosos y un aire introspectivo que dotan la novela de una prosa elegante, sutil y audaz. Una joya que no os podéis perder.