El recuerdo es el último refugio de los muertos.
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El recuerdo es el último refugio de los muertos.
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Todo esto es como una semilla. El internado, el colegio, lo que pasó con mis padres. Todo fue sembrado en mi interior, pero no puedo ver lo que provocará en mí. Solo recogeré la cosecha cuando sea mayor, pero entonces será demasiado tarde.
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—También a veces. En realidad, solo leía para huir. Esperaba que las historias, o algunas de sus frases, me consolaran. Antes quería ser un personaje de novela a toda costa. Quería ser inmortal y vivir para siempre en el interior de un libro, mientras los demás me miraban y admiraban. Una tontería, ya lo sé. —Bajó la mirada al añadir—: Pero aún sigo queriéndolo.
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- Esto de estar siempre solo me está desintegrando. - Ya, pero lo opuesto a la soledad no es coger a cualquier persona para que te haga compañía, sino obtener la tranquilidad, la seguridad. |
“Por un momento sentí que nuestro verdadero yo estaba muy lejos, y enviamos a dos negociadores a un bar que no estaban autorizados para hablar de las cosas realmente importantes”.
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Hay cosas que no pueden tener respuesta. Debe ser así. Los hombres estamos solos en este mundo. ¿Qué pasaría si cada deseo fuera concedido y todos tuviéramos claro que hay vida después de la muerte? ¿Para qué nos serviría entonces esta vida? ¡Estaríamos en el paraíso! ¿Conoces el dicho "dale un pez a un hombre y comerá un día, enséñale a pescar y comerá siempre"? Pues así es como funciona nuestro mundo. Dios quiere que aprendamos a ocuparnos de nosotros mismos. No nos da un pez cada vez que se lo pedimos, sino que nos observa y nos escucha mientras batallamos con enfermedades, injusticias, muerte y sufrimiento. Todo eso nos enseña a pescar.
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Ella era como una mano fría en una frente ardiendo.
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La alternativa a la idea de vivir y morir es la nada [...]. Pero ¿de verdad sería mejor el mundo si no hubiese nada? Ahora vivimos, creamos arte, amamos, observamos, sufrimos, nos divertimos, nos reímos. Existimos de un millón de maneras distintas, precisamente para que no exista la nada, y el precio que tenemos que pagar es ni más ni menos que la muerte.
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Pensar que me hallaba en un planeta que se movía por el universo a toda velocidad me aterraba tanto como mi nuevo y perturbador descubrimiento de la muerte como algo inevitable.
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Pero la melancolía no es más que una herida que cicatriza.
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¿Quién escribió la saga?