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Empecé está novela sin saber su argumento (más allá de que trataba de una historia en el Espacio, lo cual se sabe por su portada) y creo que es la mejor forma de introducirte en ella. La narración comienza cuando nuestro protagonista, Ryland Grace, se despierta en una nave espacial sin recordar ni quién es, ni cómo ha llegado ahí. A partir de ese momento, empiezan a mezclarse dos líneas temporales: la de Ryland en su misión en el Espacio y la que le llevó hasta ahí (la cual vamos descubriendo a medida que él recupera esos recuerdos). Pese a tener numerosas explicaciones científicas, creo que es muy accesible a todo aquel que tenga unas nociones muy básicas de física y química, el autor las desarrolla de manera comprensible. Esta parte del libro fue de lo que más me gustó, porque no se excede en ellas, pero el ingenio del protagonista y la forma de aplicar sus conocimientos me cautivaron completamente. Con esta historia, inesperadamente, he reído y llorado (reconozco que más de lo último). Las lágrimas fueron a causa de la ilusión en momentos en que se atisbaba un rayo de esperanza para la Humanidad o se forjaban conexiones inesperadas. El autor se expresa de forma muy sencilla, nada adornada, sin embargo, consiguió que me emocionase con lo que contaba. Otro motivo por el que he disfrutado mucho de Proyecto Hail Mary son los personajes, no únicamente Ryland Grace, aunque es el protagonista absoluto de esta aventura. Los tres personajes principales de esta historia son brillantes y consiguieron sorprenderme con su manera de analizar y resolver problemas. Todavía no ha acabado el año, pero estoy bastante segura de que este será mi libro favorito del 2021, me pasaba el día deseando tener un rato libre para poder continuar con él y, en cuanto llegué a la última parte de la historia, no lo pude soltar. He leído que, al igual que The Martian, lo adaptarán al cine, tiene mucho potencial para ser una película magnífica. ¡Esta novela ha sido un viaje (espacial) increíble! |
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