Porque el hombre que escribe y, más aún, el que hace grabar su nombre y sus actos sobre la piedra, vive con la esperanza de que sus palabras serán leídas y que la posteridad glorificará sus actos y su cordura.
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Porque el hombre que escribe y, más aún, el que hace grabar su nombre y sus actos sobre la piedra, vive con la esperanza de que sus palabras serán leídas y que la posteridad glorificará sus actos y su cordura.
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[...] la muerte no tiene nada temible, la muerte es buena. Al lado de todo el mal que flagela al mundo, la muerte es la mejor amiga del hombre.
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Cada cual busca en sus creencias un consuelo a las contrariedades y reveses de la vida.
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Es una verdad grande y sublime que el hombre no comprende la vida más que durante los días de su vejez, cuando la vida huye y no le ocurre ya nada.
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—Has bebido, ciertamente, demasiada cerveza, ¡oh reina madre! No bebas más, si no, corres el riesgo de soñar hipopótamos.
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[...] mi venganza me había roído el corazón sin haber podido perjudicarla, y esto me demostró que la venganza no procura ninguna satisfacción, sino que su dulzura es efímera y se vuelve contra su autor, abrasándole el corazón a fuego lento.
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En vano sumerges al hombre en la corriente del tiempo, su corazón no cambia y sale de la corriente tal como ha entrado en ella. En vano los pones a prueba en la guerra y la miseria, en la peste y los incendios, en los dioses y las lanzas, porque sólo consigue endurecerse con estas pruebas hasta llegar a ser más malvado que un cocodrilo, y por esto sólo el hombre muerto es el hombre bueno. Sinuhé el egipcio. Mika Waltari. |
era de nuevo la época de la crecida del río y las aguas alcanzaban los muros del templo. Cuando se retiraron, la tierra se puso verde, y los pájaros hicieron sus nidos
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No tenéis razón, porque mientras un hombre se glorifique a sí mismo y se considere mejor que los demás, las cuerdas y los bastonazos, las lanzas y los cuervos continuarán persiguiendo a la humanidad. Sinuhé el egipcio. Mika Waltari. |
¿Quién escribió la saga?