En la antigüedad el color púrpura era símbolo de reyes y emperadores. En psicología del color, la calma, la nobleza, el lujo, la magia y la creatividad. En la iglesia católica es el color de la cuaresma, la penitencia y la vigilia. En el feminismo, la lucha por la igualdad y contra la discriminación. En la novela de Alice Walker, significa esto y mucho más. El color púrpura es ese color que Celie querría ponerse y no se atreve "porque a Míster no le gustaría", es el color que representa los anhelos de una mujer cuya vida recorremos a través de las cartas que escribe a su hermana sin, durante años, recibir recibir respuesta. Esas cartas de una sola dirección nos mostrarán una historia dura y sangrante, llena de abusos y violencia, desgarradora y, sin embargo, bellísima. Ver cómo nuestra Celie se transforma poco a poco en manos de Shug Avery, ver qué ha pasado finalmente con la destinataria de esas cartas, ver la evolución de esa relación con Míster hacen que esta relectura haya merecido la pena más incluso que la primera vez. |