El color púrpura

La historia de dos hermanas Nettie y Celie que, debido a las circunstancias de sus vidas, se ven distanciadas a miles de kilómetros. Celie se queda en Oklahoma y pasa toda la vida con penurias y Nettie se hace misionera en África. Durante treinta años, se escriben cartas la una a la otra, primero en forma de diario por parte de Celie, donde todas empiezan por “querido Dios”, sin obtener respuestas porque el marido de Celie no le entregará las cartas. En ellas iremos descubriendo la vida de ambas.
Lo importante de esta novela es la historia de todas las mujeres de la novela Celie, Nettie, Sofía y Shug Avery. Son todas mujeres rebeldes, que viven en una época en que la mujer no vale nada, en que el hombre manda, y en que el hombre tiene derecho a maltratar a sus esposas, a sus hijas y hacerlas trabajar hasta morir. Una mujer tenía que ser callada, tenía que obedecer al marido, tenía que trabajar, no tenía derecho a nada. Notaremos la evolución de estas mujeres a lo largo de la novela. Sobre todo, Celie que después de mucho maltrato de los hombres de su vida, que odia a los hombres, conocerá a la amante de este Shug Avery y le abrirá las puertas del amor verdadero. Es el personaje más conflictivo y que más evoluciona.
Se van retratando como mujeres guerreras, mujeres que no atienden a razones, mujeres que dicen lo que piensan y actúan como piensan.
Algo inconcebible en esa época ya se destila el feminismo. su fuerza para luchar contra los hombres que las descartan de la sociedad.
Cada una a su manera busca la felicidad, y se va notando a lo largo de la novela, como van creciendo en espíritu y creyendo en ellas mismas. Merece la pena leerla. Es una joya.

Los tres pasajes extraordinarios para mi han sido:
-La historia de amor entre Celie y Shug Avery.
-La rebeldía extrema de la vida de Sofía con Harpo, el hijo de Míster al que cuida Celie como propio.
-La descripción precisa y la realidad brutal y emotiva de la tribu “olinka” de África donde vivirá Nettie como misionera.
Está novela me ha emocionado, por su ternura, su simplicidad, su forma real de escribir, su fuerza para salir de unas vidas penosas.