Me ha encantado la historia del arte a través de la visita a los tres grandes museos de París: Louvre, Orsay y Centro Pompidou. Además de la amenidad y frescura con las maravillosas explicaciones que de cada obra visitada, dará un original, erudito y extraordinario personaje en la novela, un abuelo que lleva a su nieta, una niña de diez años, cada miércoles, a visitar una de las obras expuestas en las que la belleza de las mismas se irá convirtiendo en un poderoso aprendizaje para Mona, este es su nombre, y así durante cincuenta y dos semanas. ¿Por qué? ¿Cuál es el motivo? Pues desde el principio de la novela está indicado, la niña sufre una patología que indica ceguera, por tanto, su abuelo, al que ella adora, la recogerá después del colegio y la llevará a que conozca la gran belleza reflejada en las obras de arte. Y ella, inteligente y adorable conseguirá impregnarse, ver, aprender, relacionar y hasta explicar con grandes muestras de sabiduría la historia y belleza que poseen las obras que visita. Y de aquí también comprendemos el título de la gran novela: Los ojos de Mona. Ojos que observan, ojos que ven, ojos que sienten, ojos que enseñan. Pero hay mucho más, se irán haciendo además, grandes descubrimientos sobre su situación, sobre su abuela, sobre sus padres, que nos intriga y nos seduce, iluminando esta relación entre el abuelo y su nieta impregnada de enormes sentimientos. Una maravillosa y apreciable novela con la que además aprendemos a mirar y comprender mejor cada obra de arte presentada, para mí, que me encantan los museos y he visto muchas de las que aparecen, aunque otras no, también ha sido muy importante la manera de apreciar y recibir las obras de una forma más inteligente, así como detenerme en cada detalle, que muchas veces se escapan sin darnos cuenta. Yo he tenido que ir mirando en Internet, buscando las obras, leer y verlas detenidamente para saber más y mejor. Esta es la clave. He sentido a través de la lectura de este buen libro, la necesidad de pararme a mirar obras, cuadros, imágenes, esculturas de las que no había visto prácticamente nada. Aunque en esta novela todas las obras que se visitan y comentan están en fotografías, pero para disfrutarlas, es necesario mirarlas bien, ampliarlas y descubrir cada detalle, volverlas a mirar y detenernos en ellas. Ha sido una gozada, ¡cómo las he disfrutado!. En los tres museos hemos visitado obras muy reconocidas pero también otras que no lo son tanto , han sido cincuenta y dos obras de arte , y entre ellas, también se muestran algunas artitas femeninas, aunque desafortunadamente, y como sabemos, no eran tenidas en cuenta hasta bien entrado el siglo XX. En la novela nos aparecen doce, entre las cincuenta y dos obras comentadas, pero ahí están y son geniales. Hemos mirado obras de Boticelli, Rafael, Rembrandt, Vermeer, Canaletto, Goya, por cierto, una obra desconocida para mí, pero con una gran información que me ha maravillado, Gustave Courbert, Manet, Monet, Degas, Cézanne, Burne-Jones, que me ha encantado también, Camille Claudel, Klimt, Mondrian, Kandinsky, Frida Kahlo, Basquiat, Louise Bourgeois, increíble, y un largo etcétera cuyas obras son extraordinarias. La verdad es que te pones en el lugar de Mona, y el disfrute aumenta considerablemente. Un ejercicio liberador y entusiasta. Así esta obra nos aleja de la navaja de Ockham, se trata de una regla en la que se afirma que la explicación más simple casi siempre es la más probable. de esta manera, sugiere que todos deberíamos buscar esa explicación más simple pero no aconseja que lo hagamos más simple de lo que es. Esta novela parece separarse de este principio, pues a través de la obra podemos advertir que se trata de todo lo contrario, veremos que nos anima durante todo el tiempo a ver y observar más allá de la simple y primera visión de una obra de arte. Constantemente, nos exhorta a identificar y comprender los matices más ocultos de la obra que se representa, este libro camina avivando y alentando nuestro interés por ir descubriendo el mundo poliédrico y a menudo oculto, en cada obra de arte. A partir de ahora noto como voy a ser mucho más exigente ante una obra de arte en su contemplación, me conformaré menos, indagaré más. + Leer más |