El personaje principal es una apuesta muy interesante, compleja escrita a modo de anti-heroína, racista, xenófoba, clasista y egocéntrica, pero también vulnerable, evidentemente, a la violencia machista, a la precariedad y al auto-boicot. Los personajes periféricos también están bien perfilados lo que genera un ambiente lleno de matices y sensaciones. Sin embargo, a través de un final que rebaja la promesa del principio, y aún con la inflexión bien traída de la tercera parte, desde mi punto de vista se desperfila la ironía del personaje dejando el todo de la novela un poco sin rumbo y sin pulido final.