Siguiendo con mi recién descubierta Laia Vilaseca, empecé esta lectura con bastantes expectativas ya que el anterior de esta misma autora me había gustado mucho, y no me ha defraudado; partiendo de un escenario muy sencillo, un pequeñísimo pueblo con pocos habitantes, le añade una urbanita que llega a su antigua casa familiar huyendo de su mal momento en la ciudad y lo adereza con una muerte sospechosa treinta años atrás, logrando así la receta perfecta para una novela de suspense , donde en cada capítulo crees haber descubierto lo que ocurrió realmente y hasta el final no queda nada claro. Muy entretenida con todos los requisitos de una buena novela de crímenes. |