Con muchas ganas he empezado esta serie del Detective David Gurney y me ha dejado muy buen sabor de boca Gurney es un policía retirado que se verá involucrado casi por casualidad en un caso complicado, lleno de pistas aparentemente inconexas, que lejos de aclarase, se complica a cada poco, buenos giros, una investigación que no se guarda nada bajo la manga y un asesino brillante, obsesivo, meticuloso, que construye sus crímenes sobre enigmáticos juegos numéricos, poniendo en evidencia la incompetencia policial Una lectura que he disfrutado por su detallada puesta en escena, necesaria a mi modo de ver para ubicarnos en la vida del detective y su entorno, una elaborada y concisa investigación que me ha hecho vivir cada paso sorprendiéndome con su resolución |