Érase una vez una princesa que se salvó sola

Aquel verano sólo tenía un objetivo: dejar de ver en el espejo a ese monstruo que todo el mundo decía que era. Porque yo no era ningún monstruo.

No es culpa tuya que las cosas sean así... Solo quería que lo entendieras. Que me apoyes cuando me quejo. Ayúdame a cambiar las cosas que no son justas.

Las princesas que molan se salvan solas.

Caperucita se hizo un albornoz de piel de lobo feroz.

Tira el zapato de cristal por la ventana y baila con quien te dé la gana.

Las princesas guerreras no conocen fronteras.

Hay que ser muy valiente para no dejarse llevar, para seguir siendo uno mismo, aunque vayan a machacarte por ello.