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Crítica de lavidademisilencio


lavidademisilencio
09 February 2021
Tras ser coronado rey, Cardan empezará a ejercer como tal. A pesar de ser él quien ejecuta las órdenes, no será su voz la que se está atendiendo, sino la de Jude, que gobierna en las sombras.

Mientras ella está al cargo de Elfhame, su hermano Oak, disfruta de una infancia en el mundo mortal hasta que esté preparado para ocupar el lugar que le corresponde.

Jude se enfrenta a muchos conflictos internos. Por una parte, el poder que ostenta empieza a generarle dudas: ¿será capaz de seguir con su vida una vez ya no esté al mando? Por otra parte, su relación con Cardan es más cercana; al fin y al cabo, dependen el uno del otro. En esta situación, mantener los sentimientos a raya se vuelve cada vez más complicado. ¿Hasta cuando podrá resistirse a él?

El rey malvado se estructura, al igual que El príncipe cruel, en 30 capítulos de longitud media., acompañados a su vez de un prólogo y un epílogo. La autora sigue dividiendo la historia en dos partes: el primer libro (21 capítulos) y el segundo capítulo (9 capítulos). Esta división no es aleatoria, ya que marca perfectamente un giro importante en la trama. Personalmente, me gusta que Black haga esta particion, pues me ha ocurrido en ambas historias que una parte me ha gustado y es más fácil hacer referencia a una u a otra de esta manera.

De nuevo, la historia está narrada en orden cronológico y desde el punto de vista de Jude, lo que limita en gran medida el nivel de empatía que se pueden sentir por otros personajes.

El ritmo de la novela ha sido bastante constante y no ha habido ningún momento en el que me haya sentido lo suficientemente sumergida en la historia como para no querer parar de leer. Así como en la primera entrega el ritmo era frenético a partir de la segunda mitad del libro, en esta ocasión, aunque también hay elementos que sorprenden y generan tensión, a mí personalmente no me han generado el interés que esperaba.

La pluma de Holly Black sigue gustándome tanto como la primera vez que la leí. Amena, directa, y sin demasiadas florituras.

La trama de este segundo libro me ha llamado mucho menos la atención que la del primero. Partiendo de que ya conocemos Faerie, ya no se explica nada en cuanto a la ambientación (algo que disfruté mucho de El príncipe cruel), y se centra solo en la acción —que a mí, en general, no me ha generado ningún interés—.

Lo que más me ha gustado son las reflexiones que hace Jude acerca del poder. Cómo ha pasado de ser la Jude del primer libro, una mortal en un mundo en el que no encaja, a ser una Jude más fuerte, decidida y, sobre todo, con capacidad para dar órdenes y que sean escuchadas. La lucha que lleva a cabo para que este poder no se le suba a la cabeza y mantener los pies sobre el suelo me ha resultado fascinante.

También me ha gustado cómo evoluciona su relación con Cardan. A pesar de que son pocas las escenas que comparten —esperaba muchas más, la verdad—, la dinámica sigue pareciéndome fantástica. Ese tira y afloja constante, pero con un Cardan más humano y más real asomando cada vez más a través de la fachada que se ha creado.

El resto de la trama, que se centra en luchas de poder, argucias y demás tretas políticas, me ha parecido aburrida, tal vez porque me ha resultado más de lo mismo tras leer la primera parte. En el caso de El príncipe cruel cuenta con el efecto sorpresa, fascina porque no esperas lo que te va viniendo. En El rey malvado abusa demasiado de este recurso y, al final, se vuelve monótono.

En cuanto al final, sí me ha gustado el giro argumental que ha dado. de nuevo, la autora deja al lector con ganas de seguir con la trilogía.

Los personajes son para mí lo que ha salvado la novela de tener una peor nota.

Jude ha seguido conquistándome con su astucia y la fuerza de su carácter. Sin embargo, es a Cardan a quien le debo haber continuado leyendo en los momentos en los que no estaba segura de querer seguir con la trilogía. Su personaje, lleno de matices, se va abriendo poco a poco. le conocemos más y, poco a poco, queda atrás aquel ser cruel que conocimos en el primer libro.

Estoy acostumbrada a la belleza de Cardan, pero no a sus vulnerabilidades.
Sabemos un poco más sobre los integrantes de la Corte de las Sombras: Fantasma, Cucaracha y Bomba. He disfrutado mucho de saber de dónde vienen, qué les ha traído a su situación actual y, sobre todo, cómo la autora explora la relación entre ellos y con Jude.

No soporto a Taryn, la hermana gemela de Jude. Pero no es nada nuevo, pues lleva irritándome desde el primer momento. Para mí no ha evolucionado (o tal vez soy yo, que ya la tengo cruzada).

Y de los nuevos personajes, sinceramente, no me ha llamado ninguno la atención.

En definitiva...

Donde el primer libro logra sorprender, en el segundo de la trilogía se convierte en monotonía. Una trama a la que le falta la tensión de El príncipe cruel, donde todo sucede sin más, dejando al lector indiferente. Se salva del libro la evolución de la relación de los protagonistas, así como la manera en la que se va descubriendo a un Cardan más humano y menos cruel. También deja buen sabor de boca el final, que cuenta con un giro argumental que te invita a seguir con el tercero para terminar la trilogía.
Enlace: http://lavidademisilencio.bl..
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