Ifigenia, hija de Agamenón

Una obra provocativa, también una profunda obra sobre la historia de la hija de Agamenón, en la que nos sumergimos por completo en el sacrificio de Ifigenia, un personaje mitológico inolvidable. Y es que nuestras raíces, lo que somos y nuestra naturaleza está en la mitología.

Me gustan las novelas en torno a personajes femeninos de las grandes obras clásicas, y, en este caso, se trata del mito fascinante de Ifigenia, fijado, sobre todo, por la tragedia de Eurípedes, “Ifigenia en Aúlide” y que ha fascinado a grandes artistas y ha sido inmortalizada por tantos escritores, músicos, también pintores.

Una novela que nos narra de forma provocativa, profunda y también moderna el mito de Ifigenia, sacrificada para que la gran flota de guerreros, retenida en Aúlide, pueda llegar hasta Troya y enriquecerse con la guerra.

Una gran novela histórica , pero también, una novela que recrea de una forma bastante moderna, a través de este gran mito del pasado, la explicación de un acontecimiento, que puede trasladarse a los intereses actuales, e incluso nos ofrece una especie de parábola sobre cuestiones atemporales.

Nos presenta los episodios iniciales a la guerra de Troya, cuando la flota griega se haya detenida en Aúlide, porque los vientos no permiten su marcha. El ejército está impaciente y desesperado y puede llegar a socavar la autoridad del líder, Agamenón, rey de Micenas.

Lo sorprendente es comprobar como todos los héroes homéricos, con Odiseo al frente, muy interesados en saquear y conquistar las riquezas de Troya, son capaces de crear una trama, a través de engaños y utilizando la influencia del cantor de acontecimientos, para influir en la opinión de los que escuchan.

Y sobre todo, llegan a crear la necesidad del sacrificio de la hija de Agamenón y Clitemnestra , con la finalidad de que los dioses y los vientos les sean favorables y poder continuar su viaje hacia Troya.

Así, en lugar de esperar a que los vientos cambien, esperan la llegada de Ifigenia para el sacrificio. Un sacrificio para apaciguar a Zeus al que le solicitan poder navegar y a la diosa Artemisa .

Una nueva lectura del tema, cuya modernidad reside en la utilización de los medios de comunicación, aquí el cantor de acontecimientos, para cambiar los intereses de los que tienen el poder. Además de utilizar a la mujer como moneda de cambio.

Los héroes homéricos, por todo ello, son aquí presentados como grandes intrigantes, manipuladores e intimidatorios, con tal de conseguir sus fines, aun a costa de engaños, que llegan hasta el sacrificio de una niña, haciéndole creer que morirá por su país.

Nos encontramos con un Odiseo intrigante, un Aquiles muy violento, un Menelao violador y bruto, un Agamenón interesado y asesino, …Y sin embargo, humanos.

Una lectura que da visibilidad a una joven Ifigenia, pero es olvidada rápidamente porque la guerra de Troya se impone, se persigue el favor de los dioses con la intención de conseguir la gran victoria en Troya.

Sin embargo, a través de esta novela, Ifigenia, a pesar de ser una niña, es el personaje que refleja mayor solidez, además de mostrar un gran respecto hacia su destino, que la lleva hasta el extremo de aceptar su muerte.

Y es que no podemos negar que la guerra de Troya y todo lo relacionado con su historia tiene un atractivo innegable e inagotable.

La novela hace posible, además, que nos traslademos al pasado en busca de nuestras raíces que siempre las encontraremos en la mitología.

Ifigenia es, como se cita en el libro, la otra gran heroína y también un inmortal personaje de la guerra de Troya. ¡Por Ifigenia!

Y, también nos lleva al recuerdo de grandes producciones de la televisión y el cine, como por ejemplo a la popular serie Juego de tronos donde se recurre a este hecho, un gran motivo dramático y una desoladora decisión, se debe matar a una hija o hijo para conseguir la victoria de la guerra.

Una lectura polivalente de gran riqueza semántica, personajes convincentes y una trama absorbente.