La capacidad de resolver un conflicto sin lucha es lo que distingue al prudente del ignorante.
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La capacidad de resolver un conflicto sin lucha es lo que distingue al prudente del ignorante.
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Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no debes temer el resultado de cien batallas. Si te conoces a ti mismo pero no al enemigo, por cada victoria obtenida sufrirás también una derrota. Si no conoces al enemigo ni a ti mismo, sucumbirás en cada batalla.
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Si tu oponente posee un temperamento colérico, procura irritarlo. Finge ser débil, para que se vuelva arrogante.
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Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo , no debes temer el resultado de cien batallas . Di te conoces a ti mismo pero no al enemigo , por cada victoria obtenida también sufrirás una derrota . Si no conoces ni al enemigo ni a ti mismo , sucumbirás en cada batalla .
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El arte de la guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando es capaz de atacar, ha de aparentar incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar inactividad. Si está cerca del enemigo, ha de hacerle creer que esta lejos; si esta lejos, aparentar que se esta cerca.
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Servirse de la armonía para desvanecer la oposición, no atacar un ejército inocente, no hacer prisioneros o tomar botín par donde pasa el ejército, no cortar los árboles ni contaminar los pozos, limpiar y purificar los templos de las ciudades y montañas del camino que atraviesas, no repetir los errores de una civilización decadente, a todo esto se llama el Camino y sus leyes.
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Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas.
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Si conoces bien al enemigo y te conoces bien a ti mismo, no tienes por qué temer el resultado de cien batallas. Si te conoces bien a ti mismo, pero no al enemigo, por cada victoria que alcances sufrirás también una derrota. Si no conoces al enemigo ni te conoces a ti mismo, sucumbirás en cada batalla.
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Con una evaluación cuidadosa, uno puede vencer; sin ella, no puede.
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La capacidad de resolver un conflicto sin lucha es lo que distingue al prudente del ignorante.
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Son considerados los padres de la filosofía occidental: