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Tom Sawyer, un niño del sur de los Estados Unidos del siglo XIX, vive en un pequeño pueblo en el río Mississippi llamado San Petersburgo. Un niño enérgico, un rebelde de mente abierta y mucha inocencia. Él y su amigos, especialmente Huckleberry Finn, quienes vivien aventuras juntos, que los llevan a enfrentarse a sus miedos. Mark Twain logra crear un personaje lindo, un niño que representa el niño interior de cada adulto, un personaje que cualquier niño lector puede identificar, siempre sueña y crea fantasía, una mente libre que odia las tareas escolares pero es muy inteligente y que siempre poduede escapar del castigo con algunos trucos. El autor ha creado muy buenos personajes, desde la tía Polly hasta el Indiao Joe, en un entorno idílico donde la vida es lenta pero las aventuras afloran, un lugar para que el amor surja, representado por Becky, la niña nueva de la que se queda prendado. Aunque si los lectores creen que todo es bonito, se encontrarán con una situación sórdida en medio de la novela, lo que hará que Tom, Huck y Becky se enfrenten a un enemigo, que para los niños puede ser la oportunidad de ser famosos en un pequeño pueblo donde nunca pasa nada.
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