¡Qué acierto! Es un libro diferente, fresco y divertido. La premisa no puede ser más atrayente: Satán es castigado por dios (por motivos que no vienen al caso) a pasar un tiempo en la Tierra entre nosotros, los estúpidos humanos, y decide dedicarse a escribir cartas a sus hermanos, Miguel y Gabriel, con sus impresiones sobre nuestra raza. Ironía, sátira, crítica, cargadas de un humor ácido que no se hace cargante ni ofensivo. No deja títere con cabeza y cada palabra rezuma inteligencia y espíritu crítico. Me he reído en todas y cada una de las páginas, y he conocido a un Twain que me ha maravillado. |