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Jack Brooks es vicaria y madre de Flo, una adolescente. Jack es destinada a Chapel Croft, donde tiene que substituir al sacerdote de la parroquia, que se suicidó. Aparentemente, parece una localidad donde no ocurre nada, salvo porque hace treinta años dos adolescentes desaparecieron y hace quinientos unos mártires ardieron en la hoguera. Jack y Flo pronto descubrirán que sus tradiciones también son de lo más inquietantes. La situación las llevará al límite, su relación será cada vez más tirante, Jack esconde un pasado que no está dispuesta a que su hija descubra. Estamos ante una novela donde la ambientación lo es todo, un pequeño pueblo casi tragado por los bosques salvajes. La casa donde habitan nuestras protagonistas está pegada a la vieja capilla, en su jardín descansan multitud de tumbas rotas. Como veis, es escalofriante. Pero eso no es todo, la relación de Jack y Flo es maravillosa, me ha encantado su naturalidad; la rebeldía de la joven y la resignación de una madre al no querer privarla de libertad. En general todos los personajes son magníficos, en algún punto se llegan a juntar demasiados, por lo que debemos hacer una lectura concienzuda. Los giros de guion son increíbles, y aunque alguno me lo he visto venir, han sido igual de sorprendentes. Los capítulos son muy cortos y están contados por un narrador omnisciente que alterna entre ambas protagonistas. El estilo es muy fresco, con muchas alusiones al mundo del cine y a la tecnología actual, por lo que es una obra muy moderna. Os la recomiendo precisamente por lo cinematográfica que es, he podido imaginarme al detalle todo lo que nos narra la autora sintiendo la humedad del bosque y el crepitar del fuego. Os mantendrá absolutamente atrapados Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |
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