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Esta novela nos traslada al pueblo de Chapel Croft, donde se ha dado una serie de desapariciones y muertes, teniendo especial importancia la del sacerdote de la parroquia, que se ahorcó hace semanas en la propia iglesia. La nueva vicaria del pueblo, Jack Brooks, que llega con su hija de catorce años, espera empezar una nueva vida, pero se encontrará con un extraño regalo de bienvenida: un kit de exorcismo y un siniestro mensaje. Por si fuera poco, su hija Flo comienza a ver espectros de chicas ardiendo, por lo que los fantasmas del pueblo siguen más vivos que nunca. ¿Qué se esconde en el pueblo y cuáles serán los siguientes sucesos extraños? ¿Quién hay detrás de las desapariciones y muertes? ¿Se verán la nueva vicaria y su hija implicados en los oscuros misterios del pueblo? Este libro parte de una premisa cargada de suspense, un pueblo con un secreto muy oscuro, muchos secretos, conspiraciones y sucesos extraños y la autora ha sabido aprovecharlo de una forma magistral. Con un ritmo pausado que va intensificandose a medida que avanzamos en la lectura con una intriga constante que nos hace replantearnos muchos detalles que vamos conociendo. La intriga y la tensión define este libro y si le sumamos capítulos cortos y detalles escabrosos tenemos un thriller perfecto. que caracteriza a los libros de la autora. Me ha encantado cómo la protagonista encaja cada cosa que va ocurriendo con un humor negro pero casi cómico y satírico y ha creado una combinación muy buena alternando momentos serios con ese punto diría que irónico y divertido. En resumen, los fantasmas de Chaper Croft se niegan a descansar en paz y nos ofrecen un escenario impecable y un suspense brutal. |
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