Las chicas de Chapel Croft

C. J. Tudor vuelve a escribir un thriller muy a su estilo. Las novelas de Tudor son así, thriller, misterio y un toque paranormal que las hace muy entretenidas.
En este caso, la autora nos lleva hasta un pequeño pueblo en el que las mentiras y los secretos están flotando en el aire.
La trama es oscura, hay detalles en los que mientras leía no sabía si lo que estaba leyendo formaba parte de la realidad o de un sueño o fantasía.
Los personajes, como en anteriores libros están bien construidos, aunque la autora no ahonda demasiado en sus personalidades, pero aquí eso tiene una explicación.
La autora juega al engaño pero de una forma muy lícita. Y es que sabiendo ahora la resolución de la historia no me he sentido engañada, al contrario, reconozco que C. J. Tudor tiene una gran habilidad para construir la historia y darnos un mazazo totalmente inesperado.
El ritmo narrativo puede parecer algo lento y que no pasan cosas, pero realmente no lo es. Cada pequeña cosa que sucede aunque parezca nimio, es de vital importancia para la historia.
La historia como digo anteriormente, mezcla el thriller que todos los amantes del género vamos buscando y un toque paranormal. Creencias y ritos ancestrales de cinco siglos atrás se mezclan con la realidad y el hoy, formando una historia que atrapa. Literalmente es un pasa páginas perfecto, ya que es de esos libros en los que no puedes dejar de leer y siempre quieres un capítulo más.
El final es muy sorprendente. Yo tuve que volver a leer algunas líneas hacia atrás porque no comprendí en un primer momento pero al darme cuenta del giro tomado no me quedó más que aplaudirlo.
En resumen, “Las chicas de Chapel Croft” es un libro entretenido, pausado pero constante en el que poco a poco nos iremos sumergiendo en secretos oscuros hasta llegar al final con un giro de su argumento que no esperaba. Lo recomiendo para pasar un buen rato.