El hombre de tiza

Narrado en primera persona desde el punto de vista de Ed, mediante capítulos intercalados, iremos saltando en el tiempo entre 1986 y 2016 descubriendo poco a poco que fue lo que realmente pasó hace treinta años. Desde ese prólogo bastante inquietante sabemos en todo momento que hubo un asesinato pero en el momento en que nos adentremos en la historia y hasta bien avanzada la lectura, de este dato no sabremos absolutamente nada pues retrocederemos hasta lo que el protagonista considera el principio de todo y a partir de ahí iremos avanzando muy poco a poco tratando de descubrir a quien pertenece ese cadáver, quien es el asesino y responsable de todos los sucesos que comienzan a darse en un pueblo donde todo el mundo se conoce y jamás pasa nada extraordinario.

El misterio es algo que se mantiene desde las primeras páginas hasta el final. Además destacar esa habilidad de la autora sabiendo cuándo y cómo terminar cada capítulo creándonos esa sensación de querer seguir leyendo con la necesidad de saber qué pasó, qué pasa y qué pasará, dándole a la lectura un ritmo fluido, ágil y adictivo.

En cuanto a los personajes, decir que Ed, al conocer la historia desde su punto de vista en todo momento, es al que mejor conoceremos. Un personaje que la verdad me ha gustado mucho, bastante misterioso y que a lo largo de su vida ha ido acumulando muchos secretos. Que pese a que su vida aparentemente ha seguido adelante, él parece haber quedado anclado a ese pasado de alguna manera. A través de él veremos como todas las acciones, pese a que no siempre nos detenemos a pensar en ello antes de llevarlas a cabo, siempre terminan teniendo sus consecuencias. El resto de personajes con los que nos encontramos, cada uno con su personalidad bien definida y con su propio peso en la trama, pues cada uno de ellos tendrá algo que decir en algún momento u otro.

Un punto más a destacar sobre este libro son las referencias que hace a temas como el acoso, el maltrato, las enfermedades mentales, las creencias religiosas llevadas a extremos y la hipocresía del ser humano al criticar los actos ajenos pero al mismo tiempo no predicar con el ejemplo. Todo muy bien llevado y perfectamente hilado a la trama.

Sobre el final... medio predecible medio sorprendente... pues, en mi caso al menos, me vi venir algo aunque para ser sincera no del modo en que sucede y a parte hay otro aspecto por ahí que sí que llegó a sorprenderme de verdad. Ello unido a que la historia queda perfectamente hilada y todo muy bien cerrado, me ha parecido bastante acertado.
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