Recordé cómo la noche anterior había admirado aquel cielo rojo y resplandeciente sin poder imaginarme que detrás de ella se escondía la muerte.
|
Recordé cómo la noche anterior había admirado aquel cielo rojo y resplandeciente sin poder imaginarme que detrás de ella se escondía la muerte.
|
Aquel cuarto, cerrado y oscuro derrochaba LUZ
|
Intenté retener en la memoria lo que había delante de mis ojos con la mayor precisión posible, como si se tratara de la escena de un sueño. Una escena que podía cambiar de momento a otro, o simplemente desaparecer.
|
Pagué la fianza y llegué a mi piso al atardecer. Era esa hora en la que el sol desparramaba su luz rojiza en abundancia y llenaba el piso de una luminosidad casi sofocante. Me quedé un buen rato en la entrada, de pie, contemplando el interior del piso como alguien que llevara años sin ver aquel espectáculo y fuera incapaz de recordarlo con nitidez. Era un espectáculo silencioso, en el que nada se movía. |
Me pregunté que pensaría mi madre de aquella anciana. Quizá, como vivía sola desde que enviudó siendo muy joven, podía ver en ella algo que yo no veía. Deseaba que fuera así. Tenía que ser así. Deseaba creer que la empatía permitía entender a una persona sin necesidad de hablar con ella no tomarla de la mano, y que bastaba con una mirada recíproca para llegar a una comprensión mutua. Quería creer que esa capacidad era fruto de la soledad.
|
Los padres son solo padres, no son nadie especial. Hay padres a los que hay que abandonar por el bien de uno mismo. Que no te engañen con el pretexto de que son tus padres.
|
Desde el principio mi hija se había mostrado entusiasmada con la idea de dormir lejos de mí. Era yo la que sentía cierta ansiedad al respecto y hubo varias ocasiones en que me eché a llorar dormida, soñando que perdía a mi hija en la ciudad.
|
¿Qué medida tomó el profesor Snape para proteger la Piedra Filosofal?