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Truman Capote desciende a las profundidades del asesinato de la familia Clutter y devuelve un vívido retrato de las víctimas y los dos culpables. Se distancia del punto de vista del estilo narrativo: no un narrador interno, sino un narrador omnisciente, externo a la historia, que trata de devolver los hechos sin juzgar a las personas a las que cuenta la historia. No se trata, sin embargo, de un simple relato seco de una noticia. Sin dejar sentir su presencia en la historia, Capote logra profundizar, hacer justicia a toda la complejidad del ser humano. Esto es precisamente lo que hace especial a este libro: la continua ruptura de la pátina superficial para mirar por debajo, para mirar dentro de la sociedad y de los individuos. Capote nos obliga a mirar hacia el abismo de la altura y la bajeza del hombre, nos obliga a mirarlo ya aceptar esta complejidad. El contexto en el que se desarrolla esta complejidad es, en el libro de Capote, la vasta llanura de Kansas, condado de Finney. Y una cierta dimensión bíblica resuena entre las páginas del texto: los culpables, Perry y Dick, que tenían muy poco en común pero no se dieron cuenta porque compartían muchos rasgos superficiales, parecen condenados desde el principio, decididos a rechazar cualquier esperanza de salvación y redención. Lo que no los condena es la prosa de Capote que, por supuesto, los reconoce culpables de un crimen atroz, pero nunca los pinta con rasgos monstruosos. La tristeza por las vidas rotas de los Clutters va acompañada de una reflexión sobre las vidas perdidas de los dos asesinos. La lectura también es interesante para la descripción de la sociedad provinciana estadounidense de la época, un mundo bienintencionado y en cierto modo hipócrita, a la vez asustado e intrigado por la terrible noticia que tuvo lugar en la ciudad de Holcomb, un mundo hecho, por otro lado, también de tanta miseria y diversas situaciones de degradación social. En resumen, Capote es capaz de unir todo, de vincular la historia "principal" a muchas historias provinciales, como si dijera que la historia es la historia de todos, que todos están dentro de ella. |
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