Como los protagonistas del libro, yo tampoco he podido aún salir de esa casa. Leyendo a Fernanda me he sentido como el pájaro enjaulado del padre de Clara. Como una funambulista al borde de la azotea. Qué genialidad ha escrito esta mujer. Si te gustan las novelas donde se genera un ambiente asfixiante, sin duda es una opción maravillosa.
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