Klaus dejó que su hermana se acabara los cacahuetes. Estaba inquieto; sentía una emoción extraña. Gretel seguía urdiendo sus planes, actuando en función de sus propios deseos secretos; eso no había cambiado. Pero ahora se le notaba que tenía cerca su objetivo. Y estaban en Inglaterra, y eran libres. Eso era nuevo.
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