Gladiadoras

Hoy vuelvo a cambiar de tercio en lo que respecta al género de la novela que ha llegado a mi poder, concretamente me sumerjo en el maravilloso mundo de las obras históricas y, dentro de estas, en el fascinante Imperio romano, toda una lección de empoderamiento.
Juan Tranche nos adentra magistralmente en la época, concretamente en el mandato de Adriano, uno de los emperadores de origen hispano, donde expone crudamente esa sociedad dicotómica que mezclaba aires de libertad con la pura esclavitud o aires de igualdad con el sometimiento soterrado de la mujer. Una novela minuciosa, donde los hechos y los personajes se sostienen entre ellos y que nos enseña y divierte a partes iguales.
La trama pivota sobre los personajes de Helena y Valeria, dos jóvenes muy distintas entre sí, tanto en procedencia, como en estatus social pero que comparten dos características esenciales en el texto: Las adversidades y su capacidad de superación para afrontarlas y tomar el camino adecuado. Helena luchará por recuperar el amor de un esclavo del que se ha encaprichado hasta el propio emperador, no dudando en emprender el oficio de gladiadora y Valeria se enfrentará con todas sus fuerzas contra un destino predefinido y marcado por las normas y el poder de los hombres.
Imposible dejar de sorprenderse con una trama tan bien construida y encajada en la época de los emperadores hispanos. Desde el primer momento se percibe la amplia documentación utilizada que se muestra tanto en las descripciones de las costumbres, la política, los lugares y las convenciones sociales. Las protagonistas tienen un trasfondo personal muy profundo y un carácter aleccionador desde el punto de vista social siempre latente. En definitiva, una mezcla que facilita y enriquece la lectura.
En resumen, una novela de la que he disfrutado de principio a fin. Una narración que me dejó sin aliento, me encogió el corazón y me puso en la piel de sus dos protagonistas, luchadoras como ninguna. Reservad un tiempo estival para este maravilloso libro.