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3,5/5 Pues sí señores, mi segunda lectura del año también fue un thriller. No sé qué me está pasando. Vuelvo a decir lo que digo siempre, soy una lectora de thrillers amateur, por lo que hay que tenerlo en cuenta a la hora de interpretar mi reseña. Coincidió que mientras leía este libro también estaba leyendo otro thriller, El ojo de Eva de Karin Fossum, por lo que me fue imposible no compararlos a medida que avanzaba. Y aunque este libro no es una maravilla, me gustó mucho más que el otro porque creo que no comete los errores de El ojo de Eva. En primer lugar, el misterio y la resolución del caso es genial durante todo el libro. Primero creía que X personaje era el culpable, luego resultaba que era la víctima y entonces mi punto de mira pasaba a un personaje Y. Cada 50 páginas tenía a un culpable distinto y, al final, no podía estar más equivocada. Toni Hill me mareó como quiso y me tuvo entretenida de principio a fin. Además, los personajes están muy bien desarrollados y me parecieron super humanos, con sus luces y sus sombras. Es un libro muy amargo por el realismo de sus personajes. Tan reales eran, que no sabía quién era el malo y quién el bueno. Eso sí, para mi gusto había demasiados personajes y líneas argumentales. Quizás fue lo que menos me gustó, que hay demasiadas páginas que para mi gusto sobraban. Hay muchos capítulos contando historias de personajes secundarios que a mi no me interesaban tanto y quería volver a las historias principales. También es cierto que la resolución de una de estas historias principales me decepcionó un poco. No tengo mucho más que decir, yo creo que es un thriller bien construido y estructurado que mantiene al lector enganchado y sorprende hasta el final. |
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