El Hobbit

Precuela de la gran obra que es El señor de los anillos, y que pese a no estar a su altura, cumple perfectamente con lo que es; un cuento fantástico de aventuras.

No toméis a mal eso de que este librito no llegue a la altura de la obra magna de Tolkien, pues es un hecho que entre una y otra, hay un abismo de diferencia.

Sin embargo, El hobbit, como novela ligera y autoconclusiva de fantasía, es más que agradable para el lector del género, pues presenta una trama ágil, marcada por las pericias del protagonista, que es acompañado por un puñado de enanos, que actuan de pasada y como secundarios. Si algo hizo "bien", la excesiva trilogía de este libro adaptada a la gran pantalla, fue darle más profundidad a esos enanos que, salvo Thorin, en la novela pasan bastante desapercibidos.

Mención aparte a Gandalf, que aparece y desaparece para solventar problemas, o como si de un haz en la manga del escritor se tratase, pero claro! Es Gandalf, a él se le perdona.

En definitiva, buena lectura para quien no desee enredarse demasiado, y eso que los protas se encontrarán con elfos, arañas, goblins, trolls y hasta un dragón, en sus menos de cuatrocientas páginas.