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Una historia que se plantea dura en un primer momento, marcando la relación madre-hijo, los cuales viven enfrentados. El hecho de que la madre tiene cáncer y le queda poco de vida hace que en cierto modo las asperezas se vayan limando, (triste es, que sea justo o a consecuencia de este hecho) y poco a poco la rabia, la decepción, el odio va dando paso a la ternura, a la aceptación, la madurez, empatía y resignación . Con saltos temporales la autora, logra aportarnos información del resto de personajes pero centrándose exclusivamente en Aleksy y su madre con quienes vamos reviviendo ese último verano y donde tras recordarlo años después, un hijo llega a reconciliarse con su destino y su pasado |
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