La relación entre padres e hijos no siempre es miel sobre hojuelas, muchas veces es complicada, peor cuando es una familia rota, donde crece un hijo dañado, rechazado, lleno de odio, rencor y a quien las drogas le han brindado un camino "más llevadero". "Aquella mañana en que la odiaba más que nunca, mi madre cumplió treinta y nueve años. Era bajita y gorda, tonta y fea. La madre más inutil que haya existido jamás." Con esta frase inicia esta excelente novela, donde una madre y su hijo pasan un verano donde intentarán perdonar, y reconstruir una relación llena de dolor y pérdidas. Aleksy es un famoso pintor, quien por sugerencia de su psiquiatra debe reconstruir ESE verano con su madre, porque solo regresando a ese lugar y a ese momento podrá avanzar. A fuerza de recordar, unas experiencias más alejadas que otras, Aleksy posiblemente logre sanar, y nosotros, los lectores, podremos entender la frase inicial del libro, porque las relaciones familiares llegan a ser más complicadas de lo que conocemos. Un libro excelente que hará estremecer al lector, tocará fibras sensibles con la crudeza, dolor y amor de la historia. |