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La verdad es que escoger una lectura escrita por Dona es un acierto desde antes de abrir el libro. Cuando hace unos meses me enteré de que publicaba nueva novela no dude en que sería mía tarde o temprano. Este año es la tercera lectura de Dona, ya que me comí –literalmente en horas– sus dos relatos: «Cuéntaselo a Chantal: No puedo decirte adiós» y «Cuéntaselo a Chantal: Ikigai». No os los podéis perder, de verdad. Son dos joyas. Pero vamos a lo que nos concierne. No sé a qué estáis esperando para leer «Semanas de siete martes». Ya no es que os vayáis a enamorar de Winter (que sí) o que Jean os parezca el tío más apetecible de este mundo (que no os imagináis hasta qué punto); que os vais a enamorar de esa familia de locos y de ese inicio de película romántica, de las que tantísimo nos gustan y que nos sabemos de memoria. Me encantaría desgranaros la novela momento por momento, segundo a segundo, pero no quiero quitaros la oportunidad de leer una historia tan bonita como sus personajes. Lo que comienza siendo de una manera, termina de una tan “diferente” y bonita, que os hará creer en el amor bonito, puro, de verdad, que traspasa las páginas de vuestro kindle. He visitado los Costwolds, ese pequeño piso de Londres, la habitación de Winter, he sentido, vibrado y encogido los dedos de los pies con muchas escenas, y he sentido que era parte de una familia tan loca como la suya. Dona sigue haciendo magia en cada novela. Os aseguro que no os vais a arrepentir de leer «Semanas de siete martes». |
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