Renacer en tus brazos

Hacía mucho que tenía ganas de leer a esta autora, ya su trabajo me llamaba la atención, es de la misma zona de España que yo y, sobre todo, las sinopsis de sus novelas y las portadas me gustaban. Sin embargo, el resultado no ha sido el esperado ni de lejos: menuda decepción me he llevado con S. F. Tale y su Renacer en tus brazos.
La idea argumental no es mala y toca temas a los que se les puede sacar mucho jugo y ser francamente interesantes para un libro de romance histórico, no obstante, Tale no ha sabido desarrollarlos y los errores narrativos son tan numerosos como apabullantes. Tal vez, en manos de otro escritor, Renacer en tus brazos habría sido un relato precioso, en vez de un quiero y no puedo en toda regla, pues la historia de lady Lydia y Benedict Greenwood está plagada de situaciones que rozan lo surrealista y carece no solo de coherencia sino también de sentido común.
En cuanto a las erratas, en fin… los lectores no nos cansaremos de preguntarnos si las editoriales revisan sus publicaciones. Desde luego, Selecta con esta no lo ha hecho porque el derroche de fallos que encontramos es pavoroso.
Respecto a los personajes, con diferencia, lady Susan y Jacquetta son los que más me han gustado y, según he descubierto después, al menos la primera aparece en otros libros de S. F. Tale —como unos cuantos secundarios, amigos de lord Greenwood, que protagonizan algunos de sus títulos—, aunque en la sinopsis de Renacer en tus brazos esto no se menciona. ¿Por qué? Otro misterio más. ¿Qué cuesta añadir una línea y avisar a los posibles lectores de que la obra en cuestión está relacionada con otros de los textos de la autora? El libro es independiente, sí, pero yo prefiero comenzar por el principio y, de saberlo, hubiera elegido la novela de origen.
En resumidas cuentas, para mí, Renacer en tus brazos ha sido un despropósito de principio a fin, en el que la trama resulta absurda en más de una ocasión —ojalá fuera solo una— y se resuelve con una pueril facilidad que raya lo absurdo.
Y, por cierto, ¿era preciso citar a Forrest Gump? ¡¿En serio?! Pues mirad, si S. F. Tale se da el lujo de hacerlo, yo también, qué caray. Así que ahí va. ¡Corre, lector! ¡¡Corre!!