Battle Royale

Hace muchos años, encontré en la televisión una película japonesa sobre una clase que secuestrada y llevada a una isla desierta para matarse entre sí. La violencia en la película, a decir verdad, me pareció exagerada y hasta un poco absurda, y no vi la historia completa. Sin embargo, tiempo más tarde me enteré de que se había basado en un libro, una novela de culto de los años 90 (que bella época). Recientemente la vi en una librería, y como hace tiempo que quiero leer más literatura japonesa, no lo pensé demasiado.
Este es uno de esos casos donde el material original es muy superior a la adaptación. Battle Royales es al mismo tiempo, una ucronía, una distopía, una novela de horror y también tiene dosis de sátira. Mientras que la película planteaba que los estudiantes eran obligados a matarse entre sí porque la delincuencia juvenil había subido a niveles estratosféricos (algo risible en la sociedad nipona, cuyos estudiantes se encuentran entre los más aplicados del planeta), la novela tiene lugar en una dictadura totalitaria que ha mantenido a la población aislada del mundo exterior y que impone los juegos a muerte como una forma de asustar y mantener dócil a los ciudadanos.
A pesar de que algunos de los estudiantes se convierten rápidamente en diestros asesinos, el único villano verdadero de la novela es Sakamochi, quien representa al gobierno. Es fácil imaginar la polémica que despertó este libro a finales de los 90. No solamente muestra a menores de edad que se matan de las peores formas imaginables. También los funcionarios del gobierno son crueles, sádicos y depravados.
La acción es abundante y creíble, los personajes, en general están bien trazados y el estilo es maduro.
Un último punto no relacionado. Después de leer este libro, y aunque no he leído Los Juegos del Hambre, me cuesta entender cómo es que la autora no recibió una demanda de plagio. El argumento es idéntico, a grandes rasgos, con la única excepción de que Battle Royale fue escrita 13 años antes.