Battle Royale

En la República del Gran Oriente Asiático están regidos por una dictadura que oprime a los civiles, cualquier intento de rebelión queda sofocado con la muerte, cualquier persona que no esté de acuerdo con las normas queda eliminada... y cada año (o cada dos) cincuenta clases de institutos de todo el país son escogidos de manera aleatoria, adolescentes de quince años son enviados a distintos lugares aislados (islas, centros penitenciarios, hospitales abandonados, etc.) para matarse entre ellos: solo puede quedar uno. O, si no hay muertes en un plazo de 24 horas, todos mueren.

A lo largo de estas casi 700 páginas acompañamos a los 42 estudiantes de uno de los institutos elegidos para el programa de este año. Shuya es el narrador principal, pero, con una narración en tercera persona, el autor intercala capítulos con los que vemos y conocemos al resto de compañeros. Una cosa es clara: si nos presentan al personaje, sabemos que va a durar, a lo sumo, un par de capítulos o apenas unas pocas páginas.

Me ha mantenido muy enganchada a la historia, aunque ha habido momentos en los que lo he pasado bastante mal con lo gore de algunas muertes. El autor no escatima en detalles, las muertes son sangrientas, violentas, llenas de información escabrosa y sangrienta. Algunas veces he sentido que ya me acostumbraba y me hacía sentir insensible, pero otras el repelús ha estado muy presente.

Sé que el libro fue publicado por primera vez en el año 1999, pero ha sido muy molesto ver los constantes comentarios del autor y sus personajes acerca de lo débiles que son las mujeres, en ocasiones histéricas, en otras, unas puritanas. Excepto algún caso aislado, ha sido bastante frustrante leer uno tras otro esta clase de comentarios, además de lo irónico que es teniendo en cuenta que muchas de esas chicas matan a sangre fría sin importar nada... para unos capítulos después seguir destacando uno de los personajes femeninos que más protagonismo tiene como un mero florero.

También Shuya me ha molestado un poco por su alma de héroe. No era necesario. En absoluto. No niego que es un personaje muy redondo y con carisma, pero ha sido realmente frustrante verlas dándoselas de héroe y salvador una y otra vez... y otra y otra vez más.

De todas formas y dejando de lado esos aspectos negativos, ha sido un libro que he disfrutado muchísimo. Quizás por cómo engancha. O por no centrarse únicamente en un grupo, sino ir dando vueltas entre el resto de los estudiantes. Quizás por la tensión de lo que pasará porque, en verdad, todo es posible. Para al final llegar a un desenlace que ha sido totalmente redondo y perfecto.