"La calidad del viaje se mide por la cantidad de recuerdos que en él acumules". Este viaje a letras lo recordaré siempre con una sonrisa en la boca y un par de cosquillas en el corazón. En Persona Normal sentí que hay dos "peros": la ausencia de un hilo conductor que cosiera la sucesión de anécdotas y un capítulo final explicativo demasiado largo en el que se pierde emotividad. Peeeero estos dos "peros" quedan sepultados por todo lo bueno: por la huella que deja, por los valores que transmite, porque yo tampoco quiero ser una persona normal y porque al próximo que me pregunte "¿de dónde eres?", le responderé: —De Nunca Jamás. de los libros. |