 |
Ha sido... bueno, no ha estado mal, pero si tuviera que definirlo con una palabra, me quedaría con: pretencioso. Durante los primeros capítulos lo disfruté bastante, además de que el narrador del audiolibro lo hace de maravilla, tanto Sebastian como su tío Paco me parecían adorables, había un montón de frases y reflexiones que me parecían muy bonitas e interesantes, pero conforme seguía avanzando, más me daba cuenta de que seguía siendo lo mismo. Vale que sea un libro de personajes, normalmente son de mis favoritos, pero aquí tampoco puedo llegar a ver una evolución dentro de ellos, ni conocerles más allá de sus quinientas reflexiones por capítulo, de saber quiénes son o lo que quieren llegar a ser. Bueno, esto último sí, Sebastian quiere ser esa clase de persona perfecta, que nunca comete errores, que nunca juzga ni hace nada mal, que habla a través de referencias literarias constantes y que... es demasiado jodidamente perfecto. La historia comienza cuando él tiene 12 años y sus padres mueres, quedando a cargo de su tío Paco, no suelo desvelar detalles de las tramas porque, al igual que a mí me gusta sorprenderme con lo que encuentro en sus páginas, no quiero contarle a otra persona que tampoco lee sinopsis lo que hay al abrir el libro, pero es que la muerte de sus padres no tiene ninguna relevancia. Ninguna. No se siente apenas triste ni les recuerda con el corazón roto, sencillamente mueren, pasa a la custodia de su tío y todo le parece estupendo, sin echar de menos a los que le cuidaron hasta ese momento. Todo el libro son constantes reflexiones y, más que etiquetarlo como tal, podría incluso decir que el autor deja de manera muy directa su manera de pensar, para que el lector piense de igual manera, como si considere que lo que él piensa es lo correcto y salirse de ese camino está mal. Sí, vale, son reflexiones que hemos podido pensar todos en algún momento de nuestras vidas, pero ha habido momentos que me han parecido ridículos, como si Sebastian fuera con una flor en el culo y todo le pareciera maravilloso, lleno de constantes ganas de vivir, sin cometer fallos, con Paco aconsejando cómo resolver cualquier clase de problema de la perfecta manera. No sé, ha sido un libro con muchas frases bonitas, me ha gustado acompañar al protagonista desde los 12 años hasta (¿?) no estoy segura porque en las últimas páginas todo se desenvuelve un poco precipitado, pero pongamos hasta los veintimuchos; incluso no puedo negar que me ha sacado varias carcajadas por las ocurrencias de los personajes, así como sonrisas por la ternura de su inocencia, pero... lo he sentido como unos personajes, un autor y una historia que se intenta mostrar mejor de lo que es. |
>
