El fin de los hombres

¡WOW! Menudo sorpresón me he encontrado en una de mis últimas lecturas del año. Un libro que prometía muchísimo con su sinopsis y que ha cumplido con creces mis expectativas. Y lo más sorprendente es que se trata de la primera novela de una autora de sólo 28 años.
Es cierto que a muchos quizá os tire para atrás la trama por todas las similitudes que hay con lo que estamos viviendo a nivel mundial, pero en serio, dadle una oportunidad porque merece muchísimo la pena.

Ambientada en el año 2025, la historia comienza en Glasgow, cuando la doctora Amanda Maclean atiende a un paciente enfermo de gripe, o eso parece, que muere varias horas después.
Después de que varias personas del hospital acaben afectadas por el mismo virus y con el mismo resultado, Amanda alerta a las autoridades, que la ignoran.
A partir de ahí, un virus desconocido empezará a expandirse rápidamente por toda la ciudad llegando, irremediablemente, al resto del mundo.
Con una tasa de mortalidad de las más altas, este virus sólo afecta a los hombres, por lo que tendrán que encontrar una cura para detener el fin de los hombres y, por consiguiente, de la humanidad.

A pesar de lo que pueda parecer este libro se escribió antes de la pandemia del COVID y es por eso que sorprende encontrar tantos paralelismos: un virus desconocido, los síntomas, el cómo se propaga, las reacciones, las actitudes, la búsqueda de la cura... son muchas las cosas que encontramos similares a lo que estamos viviendo a día de hoy.
El libro, además, está contado desde el punto de vista de muchísimos personajes en diferentes partes del mundo, especialmente mujeres, pero también algunos hombres, con lo que podremos ver cómo afronta cada uno ese nuevo mundo, cómo le afecta personalmente y cómo se adapta a él.
Hay, por tanto, una gran variedad de personajes, la doctora que descubre el primer caso, una viróloga, una antropóloga que intenta evitar perder a su marido y a su hijo, una periodista, una científica que busca la vacuna que ponga fin al virus, un hombre de mediana edad varado en un crucero en alta mar...
A algunos los conoceremos más que a otros, pero todos ellos aportan algo nuevo y diferente a la trama, son interesantes, humanos y con los que podremos empatizar en muchas ocasiones.

La historia, además, se va desarrollando a lo largo de varios años e iremos viendo cómo se van evolucionando los acontecimientos.
Comenzando con el desconcierto, el temor y la devastación, pasaremos a la aceptación y a la determinación por encontrar una cura y proteger al máximo de hombres posibles, hasta llegar a la tan ansiada vacuna y lo que ello provoca. Porque da igual que el mundo esté a punto de acabarse, el ser humano es egoísta, ambicioso y codicioso y la autora lo refleja perfectamente y de forma muy realista.
Otra cosa que me ha gustado es que vemos también el después de ese fin de la pandemia, cómo se intenta recuperar la normalidad o cómo se adapta el mundo a esa nueva realidad.
Y es que la autora pone de manifiesto que al final, las personas cambiamos, nos renovamos y nos adaptamos a lo que nos toca vivir, que nuestra situación puede cambiar radicalmente y, aún así, podemos encontrar nuevas metas, ilusiones, ocupaciones e, incluso, familias.

Está dividido en varias partes y cada una de ellas en capítulos cortos, narrados en primera persona por el personaje en el que está centrado, por lo que hace que sea una lectura muy, muy ágil y rápida de leer, además de que consigue enganchar desde la primera página.
Es cierto que hay partes duras, que la pérdida y el dolor están muy presentes al principio del libro, pero también hay espacio para la esperanza, el optimismo, el amor y la alegría.

El fin de los hombres es un libro distópico pero que, sin planearlo y sorprendentemente, recuerda a la pandemia que estamos sufriendo.
Una lectura coral, muy bien desarrollada y que consigue mantener el interés en todo momento. Se ha colado, sin duda, entre mis mejores lecturas.
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