¿Quién quiere ser millonario?

Este libro está escrito por un escritor de mapas, sí o sí, con una brújula es imposible hacer que todo cuadre a la perfección de esta manera. ¿Saben lo del arma de Chejov? Pues también lo utiliza no una vez, sino un montón de veces y hace que toda la novela sea perfecta, o casi. Empezamos.
¿Sabes que dicen que hay escritores de mapas y de brújula, no? A grandes rasgos quieren decir que los primeros tienen el esquema (escaleta) de su novela perfectamente trazado con todas las escenas y conexiones de personajes unidos por líneas o lo que sea, cada uno tendrá su forma específica de detallarlo. ¿Habéis visto esas series policíacas donde el poli listo hace un resumen con todos los posibles candidatos a asesino del año y al final gana el que menos lo parece? Pues esto es parecido, no hay asesinatos, bueno, alguno sí, pero las líneas esas son a las que me refería. Y luego están los escritores de brújula, que tiran más de corazón y menos de cabeza y luego los que ni lo uno ni lo otro al cien por cien, que son de todo un poco, porque los personajes a veces te llevan por los derroteros que ellos quieren a menos que los tengas bien atados.
Bueno, y el arma de Chejov se refiere a que todo objeto que aparece en un relato (o novela) tiene que tener alguna relevancia, tarde o temprano, en la historia, y si no no lo pongas.
"Si en el primer acto tienes una pistola colgada de la pared, entonces en el siguiente capítulo debe ser disparada. Si no, no la pongas ahí."
Pues aquí hay mucho de esto también, pero tan bien metido que hasta que no llevas unas cuantas no las pastillas. También hay unos giros de guion que los flipas en colores, no los vi venir ni de lejos. Aluciné. Y también alguno que sí vi venir y que me recordó a El callejón de los milagros, de Naghib Mahfuz.
Por lo demás os cuento un poco de lo que va, si es que no habéis visto la peli, que es muy buena también (ayer volvió aa verla y me impactó menos que la primera vez, de hecho, si tuviera que elegir, me quedaba con el libro), se llevó 8 premios Oscar allá por el 2008 (Slumdog millonaire).
Tenemos a Rama Mahoma Thomas (en la peli le han cambiado el nombre y alterado la historia), nuestro protagonista, hindú, 18 años, que gana la primera (y última) edición del programa televisivo ¿Quién quiere ser millonario? Los productores creen que ha hecho trampa y lo detenido, torturan, etc., para robar la verdad. La verdad no es otra que él sí se sabe todas las preguntas que le han hecho. Todo esto sale en el primer capítulo, no es que os hayamos destripado el final.
Mediante analepsis (flashback), viajaremos a su infancia, y adolescencia e iremos viendo su vida, su desarrollo, sus aventuras hasta conseguir ver cómo ha podido responder correctamente a todas las respuestas. Todo con alguna descripción de las ciudades en las que son comparadas con un tumor que me han parecido logradísimas, con toda su miseria, sus ratas, sus poblados hacinados.
Los buenos de las analepsis es que no son cronológicas, es decir, a veces lo vemos de pequeño, luego con quince años, luego con diez, etc., pero todo tiene su explicación. al final personajes que aparecen por medio y no sabes cómo han llegado hasta ahí, poco a poco vamos viendo de dónde han salido y por dónde se van de la escena o por dónde aparecen. Muy interesante este recurso del suspenso (clifhanger), te deja esperando leer un capítulo más a ver si te enteras.
Novela muy recomendable tanto para lectores como para escritores, que también serán lectores. Muy destacable el modus operandi del autor.

No había escrito esta reseña, porque no sabía cómo comenzarla cuando termine el libro, hoy he sentido hambre después de mucho tiempo y es inevitable que recuerde a Rama Mahoma Thomas, así que ya se cómo comenzar esto.

Cuando una piensa en las necesidades básicas de los seres humanos siempre está el agua, la comida, un techo bajo el que dormir, para algunas personas la familia, para otras la libertad, y para muchas otras el dinero. Pero que pasa cuando uno no tiene nada, ni agua, ni comida, ni familia, ni dinero, pero si libertad, ¿es eso suficiente? La respuesta es si, siendo libre consigues todo lo demás, te cuesta, te duele, haces sacrificios pero el poder de elegir, de moverte, de decidir que harás mañana es suficiente, siendo libre eliges trabajar y ganar dinero o formar una familia, eliges expresarte y luchar, o conformarte con tu destino, pero eliges, eliges concursar en la tele aun sabiendo que el concurso puede estar amañado, eliges enamorarte de una mujer que no necesariamente es libre, eliges ayudar al que lo necesita, sabes que no necesariamente las cosas buenas les pasan a las personas buenas, pero aun así sigues tomando decisiones que te mueven a hacer el bien.
Este libro va de eso, de la libertad, de las elecciones, de cómo los humanos tenemos siempre la posibilidad de escoger, no entre el bien y el mal que muchas veces es difuso, sino entre la acción correcta o incorrecta para ayudar a quien lo necesite.

Este libro te hace apreciar eso que das por sentado, esas necesidades básicas muchas veces cubiertas, este libro te enseña, te lleva por los vericuetos de un ser tremendamente humano y sus elecciones, te arrastra a un viaje por la India y su crisol de culturas, te conmueve hasta las lágrimas, te hace reír a carcajadas, te asquea hasta el vómito, te llena el corazón, te da hambre y te da sed, te sacia, te zarandea mientras te muestra la realidad y te arrulla mientras te cuenta los sueños de un buen hombre, en suma, te pone contra la pared y hace que te preguntes ¿Qué estas eligiendo?