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A priori, la trama no parece una novedad, pero la autora ha sabido narrarla tan bien, y crear unos personajes tan fascinantes, que no importa las veces que hayas leído sobre este cliché, que te metes de lleno en la historia como si fuese la primera vez que lees algo de este estilo. La conexión entre los protagonistas traspasa el papel, te llega. Esa tensión y esa pasión que desprenden cuando están juntos, te hace temblar a ti también. Los momentos que comparten te dejan con la boca seca, y las escenas sexuales… son de lo más intensas. El personaje de Emily me ha ganado por completo. Es una chica sencilla, valiente, decidida, divertida, elocuente… en definitiva, me parece una delicia. Es una protagonista que desde el principio tiene las ideas muy claras, (aunque Jameson consiga desestabilizarla en algunas ocasiones); aunque, su cuerpo y su mente, a veces se contradigan. Me ha gustado que le plante cara a Jameson; aunque ella se considere una chica fácil, a mí me ha parecido todo lo contrario en algunas ocasiones, porque no se deja manejar por él. Con respecto al protagonista masculino… Jameson Miles es una fantasía. El típico jefazo buenorro, controlador (demasiado), y adicto al trabajo. Ha habido momentos en los que lo he detestado un poquito, pero en otros, me ha parecido de lo más adorable. Un hombre para el que su trabajo es lo primero, al que le gusta controlarlo todo, y que es puro nervios. A pesar de su semblante frío e imperturbable, tiene un corazón enorme. Eso sí, no es que destaque mucho por su valentía… La trama es entretenida, fresca, y pese a que tuve la sensación de que todo iba demasiado rápido entre ellos, el giro de los acontecimientos me atrapó completamente, me sorprendió, haciendo que el argumento me pareciera mucho más interesante. Sin duda, una historia de amor de alto voltaje, intensa, romántica, y con un toque de intriga que no te dejará indiferente. |
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