Un libro para los amantes de la buena literatura, sin embargo no puede ser apreciado como obra de arte por las mujeres, pues el tema es muy cruel y sádico, tal parece que motiva el feminicidio con un personaje carnicero que busca su aroma propio en la virginal frescura de las mujeres. En el aspecto técnico es una joya literaria por varias razones. Uno de los problemas comunes del escritor es crear un personaje que se quedé en el mundo real. Pocos autores, quizás nadie, había pensado algo tan simple y genial como quitarle el aroma a una persona y darle una capacidad olfativa tremenda. Esta contradicción o contraposición genera una tragedia que el autor va desarrollando con una precisión envidiable. Jean-Baptiste se siente rechazado por su sociedad, los niños tratan de asesinarlo por ser excepcional, de pronto descubre su única virtud y la comienza a desarrollar, después el deseo de afirmar su personalidad lo lleva a buscar un aroma propio, que le atraiga la admiración de los demás. Lo logra pero de una manera inhumana, sin embargo, impulsado por su proyecto y necesidad psicológica justifica sus medios maquiavélicos centrándose en su objetivo. El libro termina con su muerte narrada con especial gusto fantástico, semejante a cualquiera de los narrados por los maestros en realismo mágico. Una lectura que requiere que entremos en ella sin los ropajes del prejuicio y nos exige un amplio criterio para su aceptación.
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