Toda la acción sucede en el mismo pueblo y con los mismos personajes, de su anterior novela "La música de los hueso". Anne vuelve a la casa familiar de su pueblo para ir al entierrro del padre de Abel y alli se reencuentra con Paloma y Gabriel, que ahora es inspector, antiguos amigos. Poco después, aparece un hombre degollado, es Pedro Turrillas, empleado de las bodegas Arbaiza. Y para más inri, también aparecen animales mutilados y profanaciones en tumbas. Anne y Paloma, no saben estar quietas y comienzan a investigar por su cuenta y riesgo, sin percatarse del peligro y poniendose en la mira del asesino. Se lee muy fácil, con mucho suspense. Es un buen triller que te mantiene en tensión. En esta novela nos ponemos en la piel de Anne, sabiendo todo lo que le sucede. El tema está bien desarrolado, con capitulos en primera y tercera persona y donde el final es inesperado. |