Huérfanos de sombra

Cuando leí "Lágrimas de polvo rojo", novela editada también por Maeva, caí rendido ante la narrativa de María Suré. Una narrativa pausada pero, al mismo tiempo, intensa. A medida que vas leyendo vas entrando más y más en la trama, en la mentalidad de los personajes.

Gracias a Cartagena Negra he podido conocer en persona a María Suré y, si no la conocéis, os diré que es una escritora que todavía no ha dicho su última palabra y a la que le auguro un futuro muy exitoso en este mundo de la literatura y una autora muy cercana a sus lectores, lo que facilita ese feedback entre los lectores y la autora.

Entrando un poco más en materia, hay que comentar que "Huérfanos de sombra" no tiene nada que ver con "Lágrimas de polvo rojo". Son dos novelas totalmente diferentes pero que guardan algo en común: las dos enganchan al lector, las dos tienen una lectura muy ágil y amena.

En "Huérfanos de sombra", veremos como un determinado hecho producido en el pasado tiene, todavía, en el presente sus consecuencias. También conoceremos Aldeanegra, un pueblo tranquilo hasta que se produce una desaparición de un muchacho y el asesinato del testigo del secuestro del chaval. ¿Tienen algo que ver la desaparición del chico y el posterior asesinato del testigo o son meras coindicencias? Los lectores deberán descubrir la respuesta a este interrogante que se plantean los investigadores.

Tengo que confesar que, cuando estaba leyendo el pasaje en el que el muchacho desaparece, se me ponía los pelos de punta porque me recordaba a sucesos atroces similares que se han llevado a cabo recientemente tal y como hemos visto más de una vez en los informativos. Siempre me pregunto lo mismo en estas situaciones: ¿qué culpa tienen los hijos de los errores, fallos, "pecados" de los padres?