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Los libros de Anyta Sunday me duran siempre un suspiro. Este es el cuarto de la serie Signos de Amor y ha sido de los más divertidos que he leído de ella. La pareja que forman Beckett, profesor universitario, y Zane, dibujante de cómics, es fantástica. Me ha gustado mucho cómo Beckett acepta a Zane tal y como es, le ayuda a cumplir su sueño y lo apoya en todo. Se complementan a la perfección y la química entre ellos es casi instantánea. Son diferentes, pero aquí se demuestra que los polos opuestos se atraen. Este libro está lleno de romanticismo del que despierta ternura. Zane es el último en darse cuenta de las cosas, siempre, pero su perseverancia en desarrollar una amistad con Beckett es conmovedora. Es un romance que se cuece a fuego lento y del que Zane no se entera. La paciencia que el profesor muestra lo eleva a la categoría de santo. Sus conversaciones son geniales y las situaciones en las que ambos se ven envueltos son muy divertidas. Es una historia de amor de las que toca el corazón, con un chico abiertamente gay y otro que tarda bastante en descubrir su bisexualidad. Me he reído y emocionado, he incluso aprendido palabras nuevas y me ha dejado una sensación de felicidad que todavía me dura. Quiero unas botas turquesas como las de Zane. |
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